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Entre 1.500 euros y 2.500 euros suelen pedir los okupas urbanos que traspasan la casa y pueden anunciar el piso en portales inmobiliarios. Así se vende un piso ocupado:
«Yo no te firmo ningún papel. Tú me das el dinero en mano y entras el mismo día», explica el ocupa de una vivienda en la periferia de Alcalá de Henares, al este de Madrid, con el que ha entrado en negociación El Periódico.
Por 2.000 euros ofrece la casa, un piso de dos dormitorios que, según él, nadie reclama. La policía no será problema: «Puede pasar y. pedirte la documentación, pero no pasa nada», asegura. Los vecinos tampoco: «Ya hay otros dos ocupas en el edificio». Y la luz y agua están enganchadas: «No hay calefacción, pero como no pagas luz, puedes poner radiadores eléctricos», dice el inquilino ilegal.
El precio está en el mercado, según fuentes policiales. Entre 1.500 y 2.500 euros suelen pedir los ocupas urbanos que traspasan la casa. Generalmente, explican estas fuentes, traspasarán la vivienda cuando su presencia ya esté «quemada», porque se aproxima un desalojo judicial o por la presión vecinal o policial. Cuando la comisión judicial llegue a desalojar, se encontrará en la casa a otra persona que no ha sido la juzgada y condenada.
En el primer semestre de este año, 7.450 denuncias por ocupación ilegal llegaron a las fuerzas de seguridad, según la estadística de criminalidad del Ministerio del Interior. La cifra sube un 5,03% con respecto al mismo periodo del año anterior. Catalunya, con 3.611, acumula casi la mitad de los casos, y registra una alza de 13,19%. Andalucía (1.183 casos) y Madrid (657 denuncias) le siguen en la lista.
Esta estadística no discrimina cuántas de esas ocupaciones son de casas sin uso (usurpación de vivienda) y cuántas son entradas en moradas de propietarios que se han ausentado (allanamiento).
Y ni la estadística ni el Código Penal prevén un tipo específico para la conducta del ocupa de Alcalá. Traspasar una casa usurpada no está descrito como delito. Acaso, apuntan fuentes judiciales, es inductor y cooperador necesario de otros delitos: una nueva ocupación y un nuevo fraude al suministro eléctrico.
Si no hay allanamiento, el Código Penal considera delito leve la ocupación, y la castiga con el desalojo y multa de dos a tres meses de duración.
Las estadísticas judiciales no aclaran si los condenados son en su mayoría personas en estado de necesidad, y no mafias organizadas, ni cuántos de los perjudicados o denunciantes son propietarios particulares, y no sociedades de activos inmobiliarios. El traspaso de vivienda ocupada, en cualquier caso, es más propio de un ocupa particular, y se hace cada vez más, indican fuentes policiales. Sus autores no suelen ser okupas colectivos de edificios en desuso, ni personas que ocupan ocasionalmente tras haber sido desahuciadas por caer en el paro, perder sus ingresos y no poder pagar la vivienda; se trata de un tipo de ocupa «profesional», indican las mismas fuentes.
«Hola busco piso ocupa que sea de banco si alguien me puede ayudar puedo pagar entre 400 y 500 euros», dice, literalmente, uno de los últimos anuncios de demanda de viviendas ocupadas que aparecen en milanuncios.com.
Algunos de estos anuncios son aún más desinhibidos y se dirigen a las mafias de la ocupación: «Busco chalé por la zona de Benicarló, que me lo abran para ocupar, con agua y luz enganchada y bombín nuevo, que sea de embargado del banco a poder ser», decía un anunciante de la misma web. Ofrecía 450 euros.
El afloramiento de estos mensajes en las páginas inmobiliarias de portales convencionales da idea de cómo se ha normalizado el traspaso y alquiler de viviendas ocupadas.
Los anuncios no son solo de demanda, también de oferta. Un ocupa de Getafe anuncia: «Piso de ocupa solo para personas interesadas si no evite escribir. 3ª planta. Ascensor». El precio es de 1.600 euros. El ocupa, como en el caso del de Alcalá, repito lo mismo cuando se le pregunta si el precio es negociable: «No. Tengo otra gente esperando».
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Fuente: El Periódico